Seguro que habéis "sufrido" en casa el fenómeno de las pulseras de gomitas. ¡Ha sido una fiebre! Pero como todas las fiebres se acaba pasando. Se acaba pasando pero quedan gomitas por todas partes y la verdad es que da pena tirarlas porque seguro que se le pueden sacar múltiples utilidades, aparte de hacer trencitas, o cerrar las bolsas de las galletas.
De momento se me ocurre ésta cosilla, utilizando también los vasitos de cristal de determinados yogures, que ¡me encantan! y guardo compulsivamente. Quien dice los vasitos , dice los botes de los garbanzos, una lata o cualquier botella no muy grande que haya por casa.
Muy entretenido y una fantástica alternativa al dichoso fútbol. ¡Ufffff!
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